Antonio Becerra, vicepresidente primero del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Sevilla y miembro de la Junta Directiva de Alianza Sevilla, nos explica cómo afectará a agencias y agentes inmobiliarios, las medidas urgentes adoptadas por el Gobierno para hacer frente al impacto económico y social del covid-19.
* Texto de Antonio Becerra para Alianza Sevilla.
En la actualidad, existen varios tipos de agencias inmobiliarias.
- Inmobiliarias Online: caracterizadas por unas cuentas de resultados con gastos grandes en publicidad y poca influencia de los gastos de personal respecto al volumen de facturación.
- Inmobiliarias de gran tamaño: la mayoría de sus trabajadores no son empleados de la empresa directamente, sino que lo son por cuenta propia como agentes.
- Inmobiliarias de pequeño tamaño: con dos o tres empleados en las que, porcentualmente, el principal gasto es el de los trabajadores, tanto por el salario como por los costes sociales. Estas agencias suelen contar con un local u oficina generalmente alquilada.
- Agentes Inmobiliarios: que trabajan de forma individual y sin oficina abierta al público y en régimen de autónomo.
La mayoría del empleo en este sector, se encuentran en estos dos últimos tipos de agencias: pequeñas empresas y autónomos.
El Gobierno aprueba el Real Decreto Ley como escudo Social y Económico con una serie de medidas extraordinarias con el objetivo de paliar, en la medida de lo posible, los efectos que sobre las empresas y trabajadores tiene el parón económico provocado por la pandemia.
Apoyo a las empresas y sus trabajadores
Para procurar que esta grave crisis sea lo más corta posible se crea un paquete de medidas apoyadas por el Estado para dar empuje a las empresas del tejido productivo además de las ayudas a los trabajadores.
Para ello, se ofrecen 200.000 millones de euros con recursos tanto estatales como privados. Esto supone hasta el 20% de la riqueza española anual.
Medidas adoptadas
A continuación detallaremos las medidas adoptadas por el Gobierno que tendrán un impacto directo sobre el sector inmobiliario.
1. Inyección de liquidez
Se inyecta más de 100.000 millones de euros para dotar de liquidez a las empresas y autónomos que mediante créditos así lo soliciten, facilitándolos con el Aval de Estado. Así se pretende fomentar a las empresas para que no opten en despedir a trabajadores para salir de la situación ocasionada por esta crisis sanitaria.
2. Financiación
Se ofrece financiación a las empresas para la dotación de equipos y medios informáticos a los empleados para fomento del teletrabajo, figura a la que generalmente no estamos habituados en nuestro sector ya que necesitamos contacto presencial en nuestra actividad. Se flexibiliza las condiciones de riesgos laborales para estos trabajos en casa.
3. Flexibilización de ERTES
Se flexibilizarán los ERTES de forma que, por causa de fuerza mayor, los empleos no se pierdan de forma indefinida, sino que sea de manera temporal y regresen luego a sus puestos de trabajo.
Igualmente se anuncia, en caso de aplicación de un ERTE, el eximir a las agencias del pago de cuotas de Seguridad Social de empleados.
4. Prestación por desempleo para autónomos
Noticia muy importante es la flexibilización para obtener la prestación por desempleo a los autónomos y exención de la cuota del pago a la Seguridad Social, lo que supone una gran ayuda en los periodos en los que no podamos desempeñar nuestro trabajo.
¿Cómo afectan estas medidas al sector inmobiliario?
Por un lado, la flexibilización de los ERTES nos alienta. La formación de los empleados es uno de los pilares del éxito en nuestras agencias. Siempre preferimos, si el mercado se recuperase pronto, mantener los empleos antes que la dura decisión del despido.
De esta manera, los trabajadores podrán seguir percibiendo ingresos sin computar como cobro que después les reduzca una futura prestación por desempleo. Esta prestación se cobrará aunque el trabajador no haya cotizado el tiempo que actualmente le exige la normativa laboral.
La casuística de nuestras empresas inmobiliarias no es el mismo que en otro tipo de negocios en los que desde el primer día de reapertura, comienzan a facturar. Nosotros necesitamos un periodo de maduración de las operaciones que suele durar meses.
Desde que un cliente vendedor nos facilita su inmueble para gestionar su venta o alquiler, se ofrece al mercado, toma la decisión el futuro comprador o arrendatario y la operación inmobiliaria se consuma, necesitamos un fondo de maniobra grande. En este proceso pagamos publicidad, alquiler de establecimientos, nóminas y demás gastos de explotación e impuestos.
Por ello, esperamos que la financiación que necesitamos no sea demasiado exigente por parte de las entidades financieras y por eso las garantías en forma de avales que nos brinde el Estado, puede ser vital para nuestra supervivencia y la de nuestros empleados.
Otro factor que nos perjudica es la duración de esta situación. Si la crisis sanitaria es duradera y la economía en general queda tocada, la demanda de vivienda puede verse afectada. Las decisiones de compra se demorarán aún más y el plazo medio de venta aumentará de manera significante.
Por todo ello, para que el sector salga adelante, necesitamos una corta duración de la pandemia y la ayuda externa del gobierno y entidades financieras.