El mercado inmobiliario es cada vez más competitivo, tanto por la profesionalización de las técnicas de venta como por la cantidad de información que comprador y vendedor tienen a su alcance.
Esta información hace que los compradores se vuelvan más exigentes y estén en condiciones de abordar su decisión de compra desde una postura más responsable y estudiada. Una frase desafortunada por parte del vendedor durante su proceso de compra puede hacer que nuestra vivienda sea descartada de inmediato de entre su lista de posibilidades.
Para evitar echar a perder una transacción inmobiliaria por una expresión inadecuada, a continuación, hacemos un repaso por las 5 cosas que nunca deberías decir al comprador de tu vivienda si lo que quieres es terminar cerrando la transacción con éxito.
1. La vivienda lleva X tiempo en el mercado, pero no conseguimos venderla
¿Por qué ofrecer voluntariamente este tipo de información cuando hacerlo no cambiará nada tu situación? Si tu comprador te pregunta, está claro que tienes que responderle. Es más, debes responderle con la verdad. Pero si tu comprador ha obviado por completo esta pregunta, no se la pongas en bandeja.
Puede que la vivienda lleve bastante tiempo a la venta por una saturación en el mercado, una recesión económica o cualquier otro motivo que no necesariamente implique que la vivienda en cuestión no sea la adecuada.
Sin embargo, si tu comprador descubre que tu vivienda lleva meses (incluso años) a la venta sin alcanzar el cierre, inevitablemente pensará que existe algún vicio oculto que dificulta su venta.
2. Siempre hemos querido reparar X pero…
Pero… ¿qué? Si siempre has querido arreglar X y no lo has hecho… shhh. La visita a tu propiedad junto con un posible comprador es el último lugar en el que deberías mencionarlo.
Es muy probable que, si no lo mencionas, tu comprador ni siquiera se fije en esa encimera del siglo pasado, ese suelo un tanto rayado a la altura del salón o esa pared que pide a gritos una capa de pintura.
Nuestra recomendación como agentes inmobiliarios en Sevilla, siempre es dejar la vivienda a punto antes de sacarla al mercado, pero, si has decidido pasar por alto nuestro consejo, lo último que debes hacer es excusarte de cosas que a tu comprador es posible que ni siquiera le importen.
¡Ojo! Con esto no estamos queriendo decir que engañes a tu comprador, ni tan siquiera que le ocultes información. Cualquier reparación o reforma necesaria debe quedar justamente plasmada en el precio de venta la vivienda. Sin embargo, si caes en la tentación de mencionar este tema durante la visita, es muy posible que tu comprador centre su atención en los puntos negativos pasando por alto las múltiples posibilidades de tu propiedad.
3. Nos gastamos mucho dinero en…
Puede que tú te hayas gastado una cantidad ingente de dinero en una bañera de hidromasaje para la habitación principal, pero eso no significa que tus compradores estén dispuestos a pagar la misma cantidad que tú por la bañera. Es más, puede que a ellos ni siquiera les interese tener una bañera de hidromasaje y hubieran preferido disponer de una ducha más práctica y sencilla de mantener.
Una cosa es dejar de manifiesto una inversión realizada en, por ejemplo, mejorar la eficiencia energética de la vivienda, algo que reducirá sus costes de mantenimiento y contribuirá a reducir nuestro impacto en el medio ambiente y, otra cosa es insistir en un capricho personal el cual puede que ni siquiera interesa a tu comprador.
4. La vivienda es tiene 85 m2 (cuando en realidad tiene 70)
Informar sobre los metros cuadrados de tu vivienda es algo que sin duda hay que hacer, pero una cosa es informar y otra bien distinta mentir.
Si tu vivienda tiene 70 metros cuadrados, no rasques metros tratando de hacer creer a tu comprador que tiene 85. No hace falta ser muy avispado para entrar en una vivienda y saber que nos están engañando con las dimensiones.
Otra mentira muy común de los vendedores es intentar confundir al comprador entre los metros cuadrados y los metros construidos. Si vas a redactar un anuncio sobre tu propiedad, deja bien claro en todo momento a qué tipo de superficie te estás refiriendo para no dar lugar a equívocos.
5. No conozco demasiado los alrededores
Una vivienda no son solo cuatro paredes, tan importante es lo que el comprador pueda encontrar dentro de la vivienda como lo que pueda encontrar fuera. Para vender tu casa, debes convertirte en el embajador del lugar donde se ubica.
Es posible que tu comprador ya conozca el barrio y no necesite mucha información, pero también puedes encontrarte con que tu comprador sea de fuera y no conozca demasiado la zona. En este caso, infórmale sobre los colegios cercanos, parques infantiles, gimnasios, centros comerciales, zonas verdes…
La frase ‘no conozco demasiado los alrededores’ no te ayudará en absoluto a vender tu vivienda.
En ocasiones, una frase equivocada en el momento erróneo puede echar al traste todo el trabajo realizado en una compraventa. Para no caer en errores de principiante y poner en riesgo una operación de tal envergadura como lo es la compraventa de tu vivienda, ponte en contacto con profesionales.